miércoles, 25 de abril de 2012

MURCIA, II


Alcázar Nasir, Iglesia de San Juan de Dios
En el siglo XII, Murcia (Mursiyya)
era una medina importante
regida por el monarca Ibn-Mardanish,
conocido como el Rey Lobo en las crónicas cristianas.


La residencia real se hallaba en el Alcázar Mayor
(Alcázar Nasir, El Qasr al Kabir),
conjunto palatino construido en el siglo XII
dentro de la muralla,
cerca de la Mezquita Aljama, junto al río Segura.
Situado en el centro de la ciudad,
era el centro político del Reino de Murcia.


En el siglo XIII, durante el reinado de Ibn-Hud,
la medina murciana experimentó un gran crecimiento.

En 1238 Ibn-Hud fue asesinado en Almería por sus enemigos
y Murcia quedó sin líder.
Por miedo a posibles ataques
por parte de Jaime I de Aragón
o de los almohades granadinos de Muhammad I,
los murcianos firmaron en 1243
el Tratado de Alcaraz con el Reino de Castilla.
Según las condiciones pactadas con el Infante Alfonso,
hijo de Fernando III y heredero del trono castellano,
la población musulmana conservaría sus viviendas y su credo,
siempre y cuando pagara un tributo anual a Castilla,
y el gobierno de la ciudad quedaría en manos de los cristianos.

Así, la ciudad de Murcia y su reino pasaron a ser
un protectorado castellano.


El infante Alfonso (futuro Alfonso X) entró en la ciudad,
y tomó posesión del Alcázar Nasir,
mientras que la todavía familia real musulmana
se trasladó a su palacio de recreo,
situado fuera de las murallas.
El Alcázar Mayor se convirtió en residencia del rey cristiano
y sede de la guarnición castellana.


En el recinto del Alcázar Mayor,
el infante Alfonso mandó construir
el primer templo cristiano de la ciudad,
sobre la mezquita del Alcázar
(cuyos restos se encuentran
en el subsuelo del templo actual).
Era un santuario dedicado a la Virgen,
bajo la advocación de Santa María la Real de Gracia.


En Sevilla, el 30 de mayo de 1252, murió Fernando III
y le sucedió Alfonso,
coronado en Sevilla el 1 de junio de 1252.
Alfonso X confirió más poder a los nobles castellanos
instalados en Murcia.
Los musulmanes, disgustados con los cambios,
que implicaban una violación de las capitulaciones,
se sublevaron en 1264 y tomaron la ciudad,
aunque sin dirigentes que supieran rentabilizar la revuelta.

En 1266 Jaime I de Aragón, suegro de Alfonso X,
puso asedio a Murcia, acabó con la sublevación,
devolvió a los cristianos el poder sobre la ciudad
y castigó a los autores de la revuelta.

A una de las torres del alcázar
subió don Jaime para contemplar la ciudad
tras haber desalojado a la guarnición musulmana.

La primera disposición del monarca
fue tomar la Mezquita Aljama
y convertirla en iglesia
(que después será catedral de Santa María);
la segunda orden fue expulsar a los musulmanes
fuera de la muralla.
Éstos se trasladaron a los arrabales,
creando la morería.

Alcázar Seguir, Monasterio de Santa Clara

El templo construido por Alfonso X en el Alcázar
fue entregado por Jaime I a la Orden del Temple.
Esta cesión fue confirmada por Alfonso X el Sabio.


El afecto de Alfonso por la iglesia del Alcázar
llegó al punto de que fue en ella
donde el rey sabio quiso ser enterrado,
indicándolo así en su testamento en 1284:
«Mandamos otrosi
que cuando sacaren el nuestro corazon
para llevarlo a la Sancta tierra de Ultramar,
que saquen lo otro de nuestro cuerpo
e lo lleven a enterrar
al monesterio de Sancta Maria la Real de Murcia».

Donde finalmente reposaron no sólo las entrañas del monarca,
sino también el corazón que quiso enviar a Tierra Santa.


Los templarios, regidores de la iglesia y del antiguo alcázar
tras la conquista definitiva,
instalaron en parte del mismo un hospital.

En 1314, tras la disolución de los templarios,
los caballeros de la Orden de Calatrava se hicieron cargo
del alcázar, la iglesia y el hospital.

En 1399 Enrique III mandó edificar otro alcázar
en un emplazamiento próximo
(ocupado hoy por el Hotel Victoria).

En 1525, los restos de Alfonso X
fueron trasladados a la catedral
por petición del concejo de la ciudad
y orden del emperador Carlos.

En el siglo XVII el hospital pasó a ser regentado
por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
La iglesia comenzó a denominarse de San Juan de Dios,
aunque su principal culto siga siendo
el de Santa María de Gracia.

En el 1764 el racionero mayor de la catedral
sufragó el derribo de la iglesia primitiva
para edificar la actual.

En 2009 apareció en el subsuelo del templo
un conjunto religioso-funerario
integrado por un oratorio y un panteón.

Del oratorio se conservan
el muro de la quibla y el arco del mihrab,
con su policromía y decoración originales del siglo XII.

En el panteón real o rawda se encuentran
los restos de nueve tumbas
de la familia del soberano Ibn-Mardanish,
en cuyo reinado se levantó esta parte del Alcázar.

En mayo de 2010 se abrió al público el conjunto.


***


Fuera de las murallas de la medina,
en la zona residencial del arrabal de la Arrixaca Nueva,
el rey Ibn-Mardanish edificó también
un palacio de recreo
(Alcázar Seguir, Al Dar al Sugra).
En la Arrixaca Nueva predominaban los jardines,
mientras que en la Arrixaca Vieja se concentraban
los talleres artesanales, sobre todo de alfarería.

En el mismo solar, destruido el palacio anterior,
el rey Ibn-Hud al Mutawakkil
levantó el Alcázar Menor,
también llamado Alcázar Hudí.

Era una residencia privada,
para descanso del rey musulmán

En cumplimiento del tratado de Alcaraz
el Alcázar Nasir fue ocupado por una guarnición cristiana
y la todavía familia real musulmana
se trasladó al Alcázar Seguir.

Tras ser sofocada la sublevación mudéjar de 1264
y al pasar la ciudad definitivamente a control cristiano,
el Alcázar Seguir se convirtió
en Casa Real de la monarquía castellana,
en la que Alfonso el Sabio residió largas temporadas.

Después, los monarcas cristianos
cedieron a los franciscanos parte del palacio
y en 1365 Pedro el Cruel lo donó entero a las clarisas.
Éstas acondicionaron las estancias palaciales,
ya deterioradas,
y el antiguo patio musulmán, con su alberca,
se convirtió en el centro de la vida conventual
del monasterio de Santa Clara la Real.

Las clarisas han permanecido en él
hasta la actualidad.
A finales de los años 80
se hicieron obras de restauración
y se sacaron a la luz restos del palacio.

 

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