miércoles, 18 de septiembre de 2013

TOLEDO. Convento de Santa Isabel




El convento de Santa Isabel de los Reyes se fundó
en las casas que eran de Fernán Gómez y Teresa Vázquez, su mujer,
en la actual plaza de Santa Isabel.

La lápida sepulcral de don Fernán, muerto a mediados del siglo XIV,
se encuentra en el coro del convento.


Heredó los palacios su hijo Gómez Pérez de Toledo,
alguacil mayor de Toledo en tiempos de Alfonso XI,
miembro de la Orden de la Banda.


Y después el hijo de éste, Diego Gómez de Toledo,
notario mayor del rey Pedro I
y casado con Inés de Ayala,
hermana del canciller Pedro López de Ayala.


A éstos les sucedió Pedro Suárez de Toledo,
tercer caballero de este nombre,
que casó con Juana de Meneses
(serán los bisabuelos de la fundadora).

Don Pedro murió en la batalla de Aljubarrota en 1385.
Fue enterrado en el coro del convento.
Su sepultura estuvo en él
hasta que fue vendida al Museo Marés de Barcelona.


Le sucedió su hija Inés de Ayala,
mujer de Diego Fernández de Córdoba y Carrillo, mariscal de Castilla
y bisabuela del rey Fernando el Católico.


Doña Inés murió en 1453
y está enterrada en la capilla mayor del convento,
al lado del evangelio, junto al altar,
ostentando su sepulcro el escudo de los Ayala.


La hermana de Inés, Teresa de Ayala,
fue madre de Pero Suárez de Toledo.


Y éste fue padre de María Suárez de Toledo,
la que será fundadora del convento.


Tía de Inés y de Teresa fue Teresa de Ayala,
que fue priora del monasterio de Santo Domingo el Real.


Inés de Ayala tuvo una hija,
Marina Fernández de Córdoba y Ayala.


La herencia de las casas pasó a Marina y luego a su hija,
Juana Enríquez,
esposa de Juan II de Aragón y madre del rey Fernando.


Se empezó a llamar entonces a los palacios de Fernán Gómez
“Casas de la Reina”.


En 1480, los Reyes Católicos
hicieron merced de las casas,
que había heredado don Fernando,
a María, prima de Juana Enríquez,
para que fundase en ellas un convento de clausura
regido por la Regla de las Clarisas Franciscanas.


Ya existía en Toledo un convento de clarisas,
bajo la advocación de Santa Clara,
en la plaza del mismo nombre.


El nuevo cenobio está dedicado a Santa Isabel de Hungría,
porque María de Toledo quiso imitar el ejemplo de la Santa Reina,
dedicándose, al enviudar
tras siete de años de matrimonio no muy feliz,
a orar y ayudar al prójimo,
llevando una vida de pobreza y trabajo por los demás.


La fundadora murió en 1507
y está enterrada en el coro de las religiosas,
bajo el altar que hay allí.


En el mismo lugar se encuenta también el cuerpo
de una hermana de la fundadora, Juana de Toledo,
que fue religiosa como ella.


Y asimismo el de la Princesa Isabel,
hija de los Reyes Católicos y Reina de Portugal,
que dispuso ser enterrada como una religiosa más
y que sobre su sepultura sólo hubiera una piedra llana.


***


La puerta de entrada al convento corresponde
a la portada de los palacios de los Suárez de Toledo y Ayala,
cuyos escudos aparecen en ella.


En el muro externo que da a la travesía de Santa Isabel
se conservan tres arcos
con los escudos de los Suárez de Toledo y las barras de Aragón,
que recuerdan a Juana Enríquez.


La puerta de entrada a la Iglesia, de estilo renacentista,
está presidida por la imagen de Santa Isabel de Hungría,
el escudo coronado de Castilla y León,
el escudo jaquelado de los Suárez de Toledo
y el del Cardenal Cisneros.


Los palacios están integrados en el convento.


De ellos se conservan restos, de estilo mudéjar,
yeserías, artesonados.


Existen cuatro patios:
de los Naranjos, de los Laureles,
de la Enfermería y de la Demandadera.


Pero, siendo un convento de clausura,
algunos no son visitables.


Fueron patios del conjunto palaciego,
después convertidos en claustros.


El patio de la Enfermería constituye el núcleo central
del antiguo palacio.
En torno a él se distribuían las habitaciones.


En la decoración del patio también figuran escudos
de los Suárez de Toledo.


Uno de los arcos que comunican el patio con las estancias contiguas
está enmarcado en una moldura
limitada por una banda epigráfica, en la que se lee:
“mentem sanctam espontaneam onorem dei patrem”.
Los ángulos del arco contienen dos escudos:
en uno, flores de lis y estrellas,
y en otro, el castillo de los Suárez de Toledo.
Otra banda epigráfica dice:
“maria mater gracie mater misericordie tu ab hoste et hora mortis”.


En su techado de madera hay temas heráldicos,
el castillo de los Toledo y los lobos de los Ayala.


También en otros lugares del palacio-convento
se repite la heráldica.


La portada que da acceso al cenobio
se halla profusamente decorada con los escudos
de los Toledo (castillo), de los Ayala (lobos)
y de la Orden de la Banda, creada por Alfonso XI.


***


Las esculturas más antiguas de Toledo
destrozadas por el furor anticlerical de 1936
se encontraban en el convento de Santa Isabel de los Reyes.
Imágenes románicas de gran valor,
que fueron hechas añicos.

archivoshistoriapatrimonio.blogspot.com.es

Así, un Cristo crucificado del siglo XIII,
que se hallaba en el refectorio.


Las fotografías, de Pelayo Mas Castañeda, figuran en el Informe
sobre los mártires de la persecución religiosa en Toledo.


En 1937, Manuel de Irujo, Ministro de la República,
elaboraba un Memorándum para el Consejo de Ministros
sobre la situación de la Iglesia,
en el que detallaba lo siguiente:

«La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado,
es la siguiente:

a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto,
salvo muy contadas excepciones,
han sido destruidos, los más con vilipendio.
b) Todas las iglesias se han cerrado al culto,
el cual ha quedado total y absolutamente suspendido.
c) Una gran parte de los templos,
en Cataluña con carácter de normalidad,
se incendiaron.
d) Los parques y organismos oficiales recibieron
campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto,
los han fundido y aun han aprovechado para la guerra
o para fines industriales sus materiales.
e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases,
mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios
y otros modos de ocupación diversos.
f) Todos los conventos han sido desalojados
y suspendida la vida religiosa en los mismos.
Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases
fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos.
g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos,
sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles,
hechos que, si bien amenguados, continúan aún,
no tan sólo en la población rural,
donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje,
sino en las poblaciones.
Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades
suman por cientos los presos en sus cárceles
sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso.
h) Se ha llegado a la prohibición absoluta
de retención privada de imágenes y objetos de culto.
La policía que practica registros domiciliarios,
buceando en el interior de las habitaciones,
de vida íntima personal o familiar,
destruye con escarnio y violencia imágenes,
estampas, libros religiosos
y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerda».


La cabeza del Cristo de Santa Isabel se halla hoy
en el Museo Marés de Barcelona,
sorprendentemente catalogada
como figura mejicana del siglo XVI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario