viernes, 20 de junio de 2014

ÁVILA. Muralla




Ávila de los Caballeros,
la de la recia monja andante;
castillo interior; torreones
contemplan verdor en el valle.


Tu sede se eriza de almenas
a fuera; por dentro, en el ábside,
la sangre cuajó en los sillares,
la luz en visiones gigantes.


Sestea los siglos el toro
berroqueño, los trashumantes,
rudos rabadanes celtíberos,
visitan en sombras errantes


la vieja cabaña borrada,
arteria de Iberia en que late
la vida escondida del alma
que al paso de la mesta pace.


Mira a tu pastor, Prisciliano,
peregrino celta, sus manes
en Compostela reconquistan
la España que en sed de Dios arde.


Ávila de los Caballeros,
hueso de la patria más grande,
le diste, nodriza, tu tuétano,
fuerte leche, a la monja andante.


Miguel de Unamuno


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