Este templo fue la mezquita de Al-Dabbaguin
o mezquita de los curtidores.
Está organizada mediante dos líneas de cinco arcos
de herradura
que descansan sobre dos capiteles romanos y seis
visigodos
reutilizados.
Capiteles y fustes no tienen el mismo diámetro
y son todos ellos diferentes.
También se pueden ver
fustes, pilastras y capiteles premusulmanes
en otras iglesias antiguas que fueron mezquitas:
El Salvador, Santas Justa y Rufina, Santa Eulalia,
San Román, San Andrés, San Bartolomé, Santiago
del Arrabal...
La reutilización en mezquitas de material antiguo,
paleocristiano, bizantino o godo,
fue habitual en Al-Andalus en los siglos VIII y IX.
La torre es el alminar de la antigua mezquita.
Se halla en la Bajada de San Sebastián,
en un paraje que hoy se conoce como la Cornisa
y que antes se llamó Carreras de San Sebastián.
En el
camino antiguo de ronda, sobre las murallas.
Su fachada se levanta sobre el río,
frente a los cerros del Valle.
Es uno de los recintos sagrados más antiguos de
Toledo
ya que su fundación se remonta al periodo visigodo,
hacia el año 601:
El rey godo Liuva II construyó una pequeña basílica
sobre un anterior templo pagano de época romana.
En el siglo X Al-Qasari edificó una mezquita
en el barrio de los curtidores de Toledo,
cercana a las clepsidras o relojes de agua
que el astrónomo Azarquiel construyó por orden del
rey Al-Mamun.
Alfonso VI cuando toma Toledo
dona 6 mezquitas a los mozárabes de la ciudad
(cristianos en territorio árabe).
Esto provoca un efecto llamada
y muchos mozárabes del resto de España
se trasladan a Toledo
llevando consigo las imágenes de los santos de sus
zonas,
de ahí que en esta ciudad haya devoción
a muchos y diferentes santos.
Así, tras la etapa musulmana,
San Sebastián se convirtió en parroquia mozárabe.
El minarete fue sustituido por un campanario.
A finales del siglo XVI, por causas desconocidas,
el barrio se despobló
y la parroquia fue transformada en sede de varias
cofradías.
En el siglo XVIII sus paredes se encalan
los artesonados son tapados por cielos rasos
y se hace un retablo de madera dorada.
Tras la Desamortización, el templo pierde todas sus
propiedades
y va arruinándose.
Sólo hay culto en él el 20 de enero, día de San
Sebastián.
En 1916 por suscripción popular
se emprende una primera restauración.
En 1970 se le devuelve su aspecto original,
al quitar el yeso de sus paramentos
y los cielos rasos de sus artesonados.
Recientemente este templo ha sido de nuevo
restaurado
por el Consorcio de la Ciudad de Toledo,
que es propietario del edificio.
Ya sin culto, es, desde 2010,
sede de la Cofradía Internacional de Investigadores
del Santo Cristo de la Oliva.
Para ser miembro de la Cofradía
hay que ser monoteísta (cristiano, judío o musulmán),
tener una licenciatura o doctorado,
realizar una actividad docente universitaria o
investigadora
y ser apadrinado por dos cofrades;
las investiduras se llevan a cabo la tarde anterior
al Corpus.
Los cofrades realizan Congresos Internacionales
las actas de los cuales se publican en la Revista
BERESIT
(que significa en hebreo “en el principio”,
expresión con que comienzan
tanto la Biblia como el Corán y el Talmud).
Quedan como iglesias mozárabes
San Lucas, Santas Justa y Rufina y Santa Eulalia.
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