EREMITORIO DE CUEVA ANDRÉS
Está situado en una pequeña pradera, junto a un
riachuelo,
a un lado de un sendero que desciende entre pinos y
robles
por una ladera de pendiente pronunciada.
El pradito está casi oculto por la vegetación
y su acceso es apenas perceptible.
Parte de la cueva ha sufrido un desprendimiento,
pero aún se observan las “repisas” que el eremita
excavó en la roca.
En otra roca, a la entrada de la cueva,
en lo que debió de ser el oratorio,
esculpió un arco de herradura.
En el arco hay una desgastada inscripción, ilegible,
en el interior del vano una gran cruz,
encima de sus brazos dos pequeñas cruces simétricas
y en el centro un agujero
que debió de ser soporte de otra cruz, quizás de
hierro.
Además hay algunas sepulturas:
En lo alto del peñasco hay dos lucillos, casi
superpuestos.
Y en la roca donde está el oratorio, por la parte
que da a la pradera,
dos nichos a ras del suelo, protegidos por el
saliente rocoso.
Quizás el eremita aún está aquí.
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