MUERTE DEL REY DON FERNANDO EN EL CASTILLO DE
CABEZÓN,
A UNA JORNADA DE VALLADOLID
Catedral de Zamora |
Doliente estaba, doliente,
ese buen rey don Fernando;
los pies tiene cara oriente
y la candela en la mano.
A su cabecera tiene
arzobispos y perlados.
A su man derecha tiene
los sus hijos todos cuatro:
los tres eran de la reina
y el uno era bastardo.
Ese que bastardo era,
quedaba mejor librado:
abad era de Sahagun,
arzobispo de Santiago,
y del Papa cardenal,
en las Españas legado.
—Si yo no muriera, hijo,
vos fuérades Padre Santo,
mas con la renta que os queda,
bien podréis, hijo, alcanzarlo.
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