Los
franciscanos llegaron a la ciudad de Segovia hacia 1250.
Anteriormente,
en 1231, se habían establecido
en
el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz,
cercano
a Sepúlveda.
Obtuvieron
la parroquia de San Benito,
que
les sirvió de iglesia hasta que levantaron la suya.
El
templo que erigieron los franciscanos
sólo
tenía una capilla, en el lado del Evangelio, la de los Cáceres,
construida
hacia 1324.
Tenía
dos hornacinas interiores, en donde se encontraban,
en
una, los restos del fundador de la capilla
y
en otra los de Antón de Cáceres.
Antón
de Cáceres, muerto en 1493, era hijo
de
Antonio Martínez de Cáceres y de Inés Osorio de Virués
y
había sido gobernador de la villa de Madrid y alcaide de su alcázar.
A
la entrada de la capilla, en un nicho, se hallaba
la
estatua orante de Francisco de Cáceres,
hijo
de Antón de Cáceres y de María de Virués, muerto en 1522.
El
claustro se construyó en el siglo XV,
durante
el reinado de Enrique IV.
Así puede deducirse de su decoración:
los
escudos de Castilla y León
y
el emblema de las granadas, propio de dicho soberano.
Aunque
no se sabe con certeza quién fue su autor,
se
cree que pudo ser Juan Guas,
único
arquitecto de prestigio presente en la ciudad
en
las fechas en las que se calcula que fue construido.
***
En
1455, un año después de la coronación de Enrique IV,
fray
Alonso de la Espina, franciscano de origen converso,
Los
observantes eran partidarios de una vida más austera
y
acusaban a los claustrales de haberse relajado
Fray
Alonso, en nombre de los observantes, pidió al rey
que
obligase a los frailes claustrales a entregar a los observantes
el
convento de San Francisco.
El
monarca dirimió el problema
donando
a los franciscanos observantes la casa de El Campillo.
que
se puso bajo la advocación de San Antonio.
En
1488, sin embargo, la reina Isabel, dentro de las reformas
realizadas
en las órdenes religiosas bajo su reinado,
dispuso
que los observantes regresaran al convento de San Francisco
y
aplicaran allí su concepción de la Orden.
rama
femenina de los franciscanos.
Así
los franciscanos claustrales de San Francisco
se
convirtieron en franciscanos observantes.
***
Durante
siglos el convento de San Francisco
fue
uno de los más importantes de la ciudad.
En
1836 la Desamortización obligó a los frailes a abandonarlo.
El
edificio pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Segovia.
En
1862 el Alcázar de Segovia sufrió un gran incendio,
(el
Cuerpo de Artillería se había fundado en 1762
y
su Colegio se inauguró en el Alcázar en 1764).
(que
ya desde 1844 estaba siendo utilizado como cuartel
y
donde en 1854 se habían instalado
que
desde entonces es la sede de la Academia de Artillería
(en
1867 el Colegio se reconvirtió en Academia),
y que
es hoy el centro militar en activo más antiguo del mundo.
Tras
ser ocupado por los artilleros,
el
arquitecto Joaquín Odriozola y Grimaud
efectuó
una reforma tan profunda en el convento
que
éste prácticamente desapareció,
con
excepción de su Iglesia y el claustro.
El
claustro se adecuó como “Patio de Órdenes”.
En
1900 las bóvedas de la iglesia sufrieron un derrumbe,
lo
cual determinó el derribo del templo.
***
En
1898 volvieron los franciscanos a Segovia,
por
expresa petición del obispo don José Ramón Quesada.
En
1904, el sucesor de éste, don José Cadena y Eleta,
puso
a disposición de la Orden
un
inmueble propiedad de la diócesis segoviana,
en
la calle de la Judería Vieja.
En
el siglo XXI de esta comunidad sólo quedaban
tres
frailes ancianos.
El
2 de julio de 2014 celebraron su última misa en Segovia,
tras
la cual la Orden franciscana abandonó nuevamente la ciudad.
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