Desde
comienzos del siglo XII
existía
en la ciudad de León, junto al puente sobre el río Bernesga,
una
primitiva institución, bajo la custodia del obispado,
para
prestar auxilio a peregrinos del Camino de Santiago.
La
infanta doña Sancha Raimundez, hermana de Alfonso VII,
hija
de la reina Urraca I de León y de Raimundo de Borgoña,
donó
a la institución, en la persona del arcediano Arias,
un
lugar para la construcción de un edificio
a
las afueras de la ciudad y a orillas del río Bernesga, junto al puente,
en
el cual pudieran “hospedarse los pobres de Cristo”.
Un
templo-hospital para refugio de los peregrinos
y
casas para las personas encargadas de cuidar el puente.
El
día 29 de julio de 1152 se efectuó la donación:
Ego infantissa domna Sancia, soror imperatoris
domni Adefonsi, (...) facio testamentum Ponti de Vernesga per manus archidiaconi
domni Arie, ministri eiusdem Pontis. Offero eidem Ponti unam terram ad
faciendum in ea ecclesiam ad honorem Dei et ad faciendum hospitalem ad
recipiendum pauperes. (...) Et iacet ipsa terra determinata super ipsum pontem:
ex una parte currit ipsum flumen Vernesga (...) Istam terram sic determinatam
dono Ponti de Vernesga et hereditario iure concedo.
El
obispo Juan Albertino fundó el primer hospital de San Marcos.
La
primera referencia al “puente de San Marcos”
y
a la existencia del hospital para peregrinos
se
encuentra en 1171, en la donación al mismo del lugar de Otero,
realizada
por Fernando Rodríguez
con
consentimiento de Fernando II de León
(“Ponte
de Sancto Marco et illum hospitalem”).
Ese
mismo año el obispo de León donó tierras
al
puente y hospital de San Marcos,
representados
por su responsable,
el
caballero leonés Suarius Roderici, Suero Rodríguez
(“domnus
Suarius Roderici magister huius Pontis”):
Ego domnus Iohannes legionensis ecclesie episcopus
simul cum omni conventu eiusdem ecclesie et cum archidiacono domno Thome et
abbate Sancti Marcelli vobis domno Suario Roderici damus atque concedimus ad
opus illius pontis et de illo hospitale de Sancto Marco illam terram de Sancto
Marcello que iacet inter illam populacionem novam de Sancto Ysydoro et de
Sancto Marco.
En
el año 1172 varias donaciones
a
“Pontem Vernesce et illum hospitalem de Sancto Marco”
ratifican
que la fundación conventual y hospitalaria está consolidada.
La
institución tenía estructura de Orden militar.
Además
de maestre (Suero Rodríguez),
también
existía un prior, como refleja el documento
correspondiente
a la donación de una heredad realizada en 1172
por
la condesa María al prior Juan y al convento de San Marcos:
Domna Maria, (...) dono et concedo Deo et vobis domno
Suario Roderici et domno Iohanni Sancti Marchi priori et conventui partem quam
habeo [in ecclesia] Sancti Pelagii de Villa Moriel.
Juan
debió ser el primer prior de San Marcos.
El
establecimiento creado tenía carácter militar y religioso,
como
lo indican las menciones a “fratres” y “milites”
que
recogen otros documentos fechados en 1172:
Cristina
y Oro Martínez vendieron unas tierras
a
“Suario Roderici et fratribus Pontis Sancti Marci”.
Ese
mismo año se redactó un documento que hacía referencia a
“illi
milites ad illum Ordinem qui viverent in Sancto Marco”,
documento
por el que se integraban en la “Orden de San Marcos”
un
grupo de caballeros y sus mujeres, junto con sus bienes.
Se
había constituido pues una Orden militar
integrada
por caballeros y sus esposas
cuyo
maestre era Suario Roderici
y
por clérigos conventuales cuyo prior era Juan.
La
Orden militar de San Marcos estaba vinculada al hospital.
En
1175 éste recibía nuevas donaciones
para
la construcción de casas para los militares.
Entre
los años 1175 y 1179 tuvo lugar
la
incorporación de la Orden de San Marcos a la Orden de Santiago.
No
se conserva el documento por el que Suero Rodríguez
entró
como freire en la Orden de Santiago
y
efectuó la donación a la misma
de
la iglesia de San Marcos y todas sus pertenencias.
El
26 de julio de 1179 el papa Alejandro III expedía un documento
dirigido
al Maestre de la Orden de Santiago, Pedro Fernández,
en
el que se enumeraban las posesiones santiaguistas.
Entre
ellas se encontraba la iglesia de San Marcos.
Los
santiaguistas debieron considerar muy importante esta donación,
pues
la iglesia aparece en primer lugar en la relación de bienes:
Alexander episcopus, servus servorum Dei. Dilectis
filiis Petro Fernandi, magistro, et fratribus Militie Sancti Iacobi (...) Hac
itaque ratione inducti, et vestris iustis postulationibus annuentes,
ecclesiasticas decimas et posessiones inferius annotatas, scilicet: ecclesiam
Sancti Marci cum suis pertinentiis et quod Suer Ruiz domno vestro donavit intra
villam legionensem et extra.
En
1180 San Marcos pertenecía plenamente a la Orden de Santiago.
Así
lo indica un documento expedido por María Gutiérrez
por
el que vendió una heredad
a
“vobis domno Suario et ospitali milicie Sancti Iacobi
quod
in suburbio Legionis istum est, iuxta ecclesiam beati Marci”.
En
la transacción aparece Suero Rodríguez,
quien,
a pesar del traspaso de bienes
de
la Orden de San Marcos a la Orden de Santiago,
aún
debía permanecer al frente del convento.
Juan,
el prior de la Orden de San Marcos,
continuó
siéndolo de la milicia de Santiago.
Así
aparece en un documento fechado en 1181
por
el que Gonzalo Rodríguez efectuaba una donación
a
“vobis domno Iohanni, priori milicie Sancti Iacobi,
et
conventui vestro”.
De
esta forma, San Marcos se convirtió
en
el priorato y principal casa de la Orden de Santiago en León.
Este
convento disputó la primacía de la Orden al de Uclés,
sobre
todo a lo largo del siglo XV,
pero
nunca llegó a ostentarla.
***
En
la actualidad, no se conserva nada
del
antiguo recinto medieval de San Marcos.
En
el siglo XVI se derribó este edificio y se inició una nueva obra,
gracias
a una donación de Fernando el Católico.
Los
arquitectos designados fueron:
Juan
de Orozco para la iglesia,
Martín
de Villarreal para la fachada
y
Juan de Badajoz el Mozo para sacristía y claustro.
Los
trabajos empezaron hacia el año 1515.
La
construcción se prolongó durante mucho tiempo,
terminándose
en el siglo XVIII.
Es
uno de los principales monumentos del Renacimiento español,
su
fachada es una de las mejores muestras del plateresco.
En
la decoración de la portada principal figuran San Marcos,
Santiago
en la batalla de Clavijo,
los
escudos de la Orden de Santiago y del Reino de León...
Uno
de sus “residentes” más ilustres fue Francisco de Quevedo,
que
estuvo encerrado aquí por orden del Conde-Duque de Olivares
durante
casi cuatro años.
De
su reclusión escribió:
«En
rigurosísima prisión, enfermo de tres heridas,
que
con los fríos y la vecindad de un río que tengo por cabecera,
se
me han cancerado,
y
por falta de cirujano, no sin piedad,
me
han visto cauterizar con mis manos;
tan
pobre que de limosnas me han abrigado y entretenido la vida.
El
horror de mis trabajos ha espantado a todos».
Durante
el encierro escribió varias de sus obras:
“Vida
de San Pablo”,
“Constancia
y paciencia del Santo Job”
y
la “Providencia de Dios”.
En
San Marcos se guardó durante casi setecientos años
un
importante archivo de la Orden de Santiago en León,
desde
finales del siglo XII hasta su desamortización
y
traslado al Archivo Histórico Nacional en el año 1866.
En
este archivo se conservaban
los
documentos de la Orden de Santiago en la provincia de León,
es
decir, en los territorios de Extremadura, León y Galicia.
***
Tras
la supresión de su uso como convento en 1836,
San
Marcos ha tenido múltiples usos:
Casa
de misioneros.
Casa
de corrección de eclesiásticos.
Casa
central de estudios de los Padres Escolapios.
Diócesis.
Instituto
de Segunda Enseñanza.
Escuela
de veterinaria.
“Parada
de sementales”.
Cuartel
de caballería.
Oficinas
del Estado Mayor del Ejército.
Hospital
penitenciario.
Prisión
militar.
Ministerio
de Guerra, Hacienda y Educación.
Diputación.
En
1875 el Ayuntamiento se planteó su derribo,
pero
finalmente lo descartó.
En
la actualidad, el edificio es anexo del Museo de León
y,
desde 1964, Parador Nacional de lujo,
donde
se suelen hospedar las personalidades que visitan la ciudad.
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