Don Juan Manuel, en el Libro de las Armas,
cuenta que, cuando la reina doña Beatriz,
esposa de Fernando III,
estaba a punto de dar a luz al infante don
Manuel
(el padre de don Juan Manuel),
un sueño le reveló que del linaje de éste
habría de nacer
el vengador de la muerte de Cristo.
Cuando don Manuel tuvo edad de tomar armas,
el rey don Fernando encargó al arzobispo de
Sevilla, don Ramón,
que diseñase para él un escudo.
El prelado le propuso:
«Quarterones blancos e bermejos
asi derechamente commo los traen los reys.
Et en el quarteron bermejo do anda el castiello
de oro
puso él vna ala de oro con vna mano de omne
que tiene vna espada sin bayna;
et en el quarteron blanco en que anda el leon
puso a ese mismo leon».
Un emblema similar al de los monarcas castellano-leoneses,
con el ala, el brazo y la espada en lugar del
castillo.
Don Juan Manuel desarrolló en el Libro de las Armas
su propia explicación sobre el significado
de los símbolos que dio a su padre el obispo
de Sevilla:
La espada alude a la fortaleza y la justicia.
La mano representa la sabiduría y la firmeza.
El ala de oro recuerda el linaje de los
emperadores, «que trayan alas,
et el ala es parte del aguila con que buela e
puede sobir en alto,
asi como el grant poder et grant riqueza
et grant avantaja de las otras gentes,
asi commo el oro a grant avantaja de los otros
metales».
El león es referencia a la procedencia del
infante
«derechamente de los reys de León;
y así commo el león es sennor e mayoral de las
otras animalias,
así este linage deue aver avantaja et sennorío
de las otras gentes
para acabar el seruiçio de Dios».
Cuenta también don Juan Manuel en el Libro de las Armas
lo que Sancho IV le refirió en su lecho de muerte,
en la última conversación que con él mantuvo:
Cuando Fernando III se encontraba en Sevilla a
punto de morir,
mandó llamar a don Manuel y le dijo:
«Fijo, vos sodes el postremo fijo que yo ove
de la reyna donna Beatriz, que fue muy sancta
e muy buena mugier
et se que vos amaua mucho...
pero non vos puedo dar heredat ninguna,
mas douos la mi espada Lobera, que es cosa de
muy gran virtud
con que nos fizo Dios a mi mucho,
et douos estas armas que son sennales de alas
et de leones».
Don
Juan Manuel creía las leyendas familiares
sobre
su linaje y sus armas.
Estaba
seguro de que nunca faltaría a su estirpe un heredero
y
de que jamás podría ser vencido en la batalla
mientras
empuñase la espada Lobera, que fue de San Fernando,
y
cabalgase bajo el pendón de los Manuel.
Era
grande su orgullo sobre ello, y lo contaba y difundía,
hasta
el punto de que era ya cosa conocida por todos.
En
la batalla del Salado contra los moros,
vacilando
don Juan Manuel en hacer avanzar su vanguardia,
un
hombre le preguntó con ironía
si
sus armas no iban a obrar en tal ocasión algún prodigio.
Don
Juan Manuel consideraba que la familia real era inferior a la suya
porque
su tío, Alfonso X, no había recibido
la
bendición paterna que Fernando III había dado a don Manuel
y
éste le transmitió a él.
Su
intención al escribir el Libro de las
armas
fue
explicar el origen maravilloso de las armas familiares
y
ensalzar su alta estirpe.
Luis
Zapata, en su Carlos Famoso,
describirá el escudo de los Manuel:
«Manueles
es escudo cuarteado,
y
dos brazos con alas con espadas
están
en cada cuarto colorado,
las
alas de amarillo muy pintadas,
y
en cada cuarto blanco, un león doblado.
Autor
destas familias muy honradas
fue
don Manuel, infante, atrás tornando
un
hijo del rey Santo, don Fernando».
***
Del
matrimonio de Fernando III con Beatriz de Suabia
nacieron
siete hijos:
Alfonso
X el Sabio, el primogénito,
Fadrique,
Enrique, Sancho, Manuel, Berenguela y María.
El
infante don Manuel, nacido en Carrión
y
fallecido en Peñafiel el 25 de diciembre de 1283,
primer
señor de Villena, contrajo matrimonio dos veces:
Fue
su primera esposa doña Constanza de Aragón, hija de Jaime I,
con
quien tuvo dos hijos:
Alfonso,
que murió pronto, y Violante Manuel,
esposa
de don Alfonso de Portugal, hermano del rey Dionís.
Su
segunda esposa fue doña Beatriz de Saboya,
hija
de Amadeo de Saboya,
de
quien tuvo otros dos hijos:
Don
Juan Manuel, nacido en Escalona en 1282, II señor de Villena,
y
don Sancho Manuel el Viejo, señor del Infantado de Carrión.
***
Don
Juan Manuel era hijo del infante Manuel de Castilla
y,
por tanto, nieto de Fernando el Santo,
sobrino
de Alfonso el Sabio
y
primo de Sancho el Bravo.
Quedó
huérfano de padre a los dos años y de madre a los ocho años.
El
rey Sancho IV, hijo de Alfonso X, fue su tutor.
Heredó
de su progenitor extensas propiedades
dispersas
por el territorio castellano
(los
señoríos de Villena, Escalona y Peñafiel),
haciendas
que don Manuel había recibido de su hermano
el
rey Alfonso el Sabio.
A
los doce años participó en la guerra
para
repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia.
En
el conflicto dinástico suscitado en Castilla
por
la muerte de Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X,
don
Juan Manuel estuvo siempre del lado de Sancho IV,
como
también lo había estado su padre.
Sin
embargo, al morir don Sancho,
don
Juan Manuel incumplió su promesa
de
proteger a la reina regente María de Molina
en
la minoría de edad del futuro Fernando IV;
en
cambio, la agobió con exigencias
y
se mostró poco leal, buscando la alianza con Jaime II de Aragón,
para
lo cual le pidió la mano de su hija Constanza.
La
actitud permanentemente levantisca de don Juan Manuel
hizo
que el rey llegase incluso a plantearse la muerte de su tío,
que
era su Mayordomo Mayor.
Fernando
IV murió cuando su hijo sólo tenía un año.
Durante
parte de la minoría de edad de don Alfonso
don
Juan Manuel fue tutor y corregente.
Alfonso
XI, para granjearse la fidelidad de su pariente,
se
comprometió a casarse con la hija de éste doña Constanza.
Sin
embargo, posteriormente rompió su compromiso,
se
casó con María de Portugal
y
mantuvo encerrada a Constanza,
negándole
permiso para viajar a Portugal
y
casarse con el infante Pedro (futuro Pedro I de Portugal).
Ello
provocó la sublevación de don Juan Manuel.
Éste
en 1325 abandonó Castilla
y
entró al servicio de su suegro Jaime II, rey de Aragón,
con
el cual hostigó las fronteras castellanas.
El
conflicto duró más de una década
y
al menos en dos ocasiones don Juan Manuel
estuvo
a punto de ser apresado por el monarca.
No
obstante, la necesidad del rey de asegurar la paz interior
para
poder enfrentarse al rey de Marruecos
y
la mediación de Juana Núñez,
suegra
de don Juan por su tercer matrimonio,
consiguieron
que en 1337 el rey devolviese a don Juan Manuel
sus
bienes embargados y sus numerosos títulos y honores
y
autorizase la boda de Constanza,
lo
que puso fin a la enemistad.
Hacia
1340 don Alfonso y don Juan se aliaron
contra
los musulmanes en la batalla del Salado.
Don
Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres
más
ricos y poderosos de su época,
pudo
mantener un ejército de mil caballeros
y
acuñó su moneda propia, como hacían los reyes;
tuvo
una fábrica de acuñación en su aldea de Cañavate (Cuenca),
lo
que disgustaba tanto al rey de Castilla como al de Aragón.
Las
monedas que se conservan
llevan
en el anverso la leyenda "SANTA ORSA"
y
en el reverso "A DEPICTA VIA CON",
que
hace referencia a su hija Constanza.
Se
decía que don Juan podía ir
«desde
el reino de Navarra hasta el de Granada
durmiendo
cada noche en villa propia cercada o en castillo propio».
Don
Juan Manuel contrajo matrimonio en tres ocasiones.
Eligió
a sus esposas por conveniencia política y económica
y,
cuando tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos
con
personas pertenecientes a la realeza.
La
primera de sus esposas fue Isabel,
hija
del rey Jaime II de Mallorca,
con
la que se casó en 1299
y
de quien quedó viudo a los diecinueve años:
Isabel
murió en 1301 sin haber tenido descendencia.
Su
segunda esposa fue la infanta Constanza de Aragón,
hija
del rey Jaime II de Aragón.
El
compromiso se cerró en 1303 siendo la princesa una niña,
y
ésta permanecerá en el castillo de Villena hasta cumplir doce años.
La
boda se celebró en 1311.
Constanza
falleció en 1327 tras haber tenido tres hijos:
-
Constanza Manuel de Villena, “la de los tristes destinos”,
prometida
al rey castellano Alfonso XI,
que
la abandonó antes del matrimonio,
y
casada con Pedro I de Portugal,
quien
la pospuso a doña Inés de Castro,
dama
gallega que llegó con doña Constanza a Portugal;
Constanza fue la madre del portugués Fernando I.
-
Beatriz Manuel de Villena, que murió joven.
-
Y Manuel de Villena, que murió siendo niño.
La
tercera esposa fue Blanca Núñez de Lara,
señora
de Lara y de Vizcaya,
hija
de Fernando de la Cerda y de Juana Núñez de Lara,
con
quien don Juan casó en 1329 y con la que tuvo dos hijos:
-
Fernando Manuel de Villena, heredero de los estados de su padre,
duque
de Villena y señor de Escalona y de Peñafiel.
-
Y Juana Manuel de Villena, heredera de los estados de su madre,
que
casó con Enrique de Trastámara,
hijo
ilegítimo de Alfonso XI de Castilla,
y
fue duquesa de Villena y señora de Escalona y Peñafiel.
Don
Juan Manuel tuvo, además, dos hijos ilegítimos
con
Inés de Castañeda:
-
Sancho Manuel de Villena el Mozo, ricohombre de Castilla.
-
Y Enrique Manuel de Villena, conde de Seia y de Sintra.
***
Doña
Juana Manuel casó con Enrique de Trastámara en secreto,
contra
la voluntad de su hermano don Fernando Manuel,
que
consideraba al Trastámara un oscuro conde bastardo.
Sin
embargo, Enrique llegó a reinar
y
el hijo de doña Juana será Juan I de Castilla.
Así,
a través de Juana, todos los reyes de la Casa Trastámara
fueron
descendientes de los Manuel.
***
Don
Juan Manuel falleció en Córdoba en 1348.
En
1318 había ordenado la construcción, en Peñafiel,
del
convento de San Pablo,
en
el lugar donde se hallaba el alcázar edificado por Alfonso X
(del
que se conserva el patio de armas,
que
actualmente es el claustro del convento).
Lo
fundó para los frailes dominicos
a
cambio de ser enterrado en el altar mayor de la iglesia.
Así,
el cadáver de don Juan Manuel fue trasladado hasta Peñafiel,
donde
recibió sepultura.
***
Orgulloso
de sus obras literarias
y
deseando que se conservaran en su integridad,
sin
sufrir las alteraciones debidas a los copistas,
don
Juan dejó un ejemplar de todas ellas bajo custodia de los frailes.
Sin
embargo, el manuscrito desapareció en un incendio.
Don
Juan Manuel es el primer escritor español
del
que se conserva un retrato, acompañado por su hija Juana:
se
encuentra en la catedral de Murcia;
es
obra de Barnaba da Modena.
***
En
1505 el rey Felipe I el Hermoso concedió el Toisón de Oro
a
don Juan Manuel de Villena y de la Vega, VIII señor de Belmonte.
Fue
el primer caballero español que recibió el collar de la Orden.
Don
Juan incorporó el collar al escudo de los Manuel
y
encargó la construcción, en el convento de San Pablo,
de
una capilla funeraria para sí y su esposa Catalina de Rojas.
La
capilla fue encargada a Juan de Badajoz el Mozo,
que
la terminó en 1536.
Toda
ella está decorada con escudos policromados de los Manuel.
Recorre
los muros una inscripción que dice:
«Esta
capilla mandó hacer don Juan Manuel, de la Orden del Toisón,
hijo
de don Juan Manuel, por legítima sucesión de varones,
biznieto
de don Juan Manuel,
fundador
de este monasterio y de otros doce;
y
entre ellos escogió éste para su enterramiento;
el
cual fue hijo del Infante don Manuel,
cuyo
padre fue el rey don Fernando el Santo, que ganó Sevilla.
Acabose
año de MDXXXVI».
***
En
1809 los franceses destruyeron las tumbas
y
la sepultura del hijo del Infante don Manuel desapareció.
Sin
embargo, en 1954 fue hallada una caja de madera
empotrada
en la pared del presbiterio.
En
su interior se encontraron unos restos humanos
que
fueron identificados como los del magnate,
pues
al limpiar el muro de piedra apareció,
oculta
bajo una capa de yeso, la siguiente inscripción,
que
ya había sido consignada en el pasado por otros historiadores:
«Aquí
yace el ilustre señor don Juan Manuel,
hijo
del muy ilustre Señor infante Don Manuel
y
de la muy esclarecida señora doña Beatriz de Saboya,
duque
de Peñafiel, marqués de Villena,
abuelo
del muy poderoso rey y señor de Castilla y León
don
Juan I de este nombre.
Finó
en la ciudad de Córdoba
el
año del nacimiento de Nuestro Salvador de 1362».
Se
dedujo que la caja había sido colocada ahí
tras
la destrucción de la sepultura.
En
la actualidad esos huesos reposan en una arqueta de piedra
adornada
con el escudo de don Juan Manuel
y
colocada en el mismo lugar donde aparecieron,
bajo
un arcosolio con el epitafio.
En
el altar mayor se encuentra también una urna
con
las cenizas de Juana de Aza,
madre
de Santo Domingo de Guzmán.
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