BERENGUELA
DE CASTILLA
Fue la hija primogénita de Alfonso VIII y Leonor
Plantagenet.
Nació en 1179.
Durante los primeros años de su vida,
fue la heredera al trono castellano,
pues los infantes nacidos posteriormente murieron
pronto.
En 1197, Berenguela casó con el rey de León Alfonso
IX,
pariente suyo en tercer grado,
convirtiéndose así en reina consorte de León.
En poco tiempo tuvieron 5 hijos:
Leonor de León (1198-1202).
Constanza de León (1200-1242), religiosa en las
Huelgas.
Fernando III de Castilla (1201-1252),
que ocupó el trono castellano en 1217, a la muerte
de su tío,
y el trono leonés en 1230, a la muerte de su padre.
Alfonso de Molina (1202-1272), señor consorte de
Molina;
fue el padre de la reina María de Molina.
Berenguela de León (1204-1237), que casó con Juan de
Brienne,
rey de Jerusalén y regente del Imperio Latino de
Constantinopla.
En 1204, el papa Inocencio III anuló el matrimonio
de Berenguela y Alfonso de León
debido al parentesco de los cónyuges,
aunque Celestino III lo había permitido en su
momento.
Los reyes trataron de obtener la dispensa
pero sólo lograron que su descendencia fuera
legitimada.
Disuelto el matrimonio,
Berenguela regresó a Castilla junto a sus padres,
y se dedicó al cuidado de sus hijos.
En 1214 murió Alfonso VIII y le sucedió su hijo
Enrique,
que sólo tenía 10 años.
Quedó como regente su madre, que murió a los 24
días.
La regencia quedó entonces en manos de su hermana
Berenguela.
Se reprodujo entonces la situación
que ya se había dado durante la minoría de edad de
Alfonso VIII:
La Casa de Lara provocó una sucesión de disturbios
que determinaron que en 1215 Berenguela
cediese regencia y tutoría al conde Álvaro Núñez de
Lara,
para evitar conflictos en el reino.
Pero en 1216 la mayoría de los magnates del reino
decidieron apoyar a Berenguela frente a los Lara.
Se inició entonces un periodo de luchas;
Berenguela decidió enviar a su hijo Fernando (futuro
rey)
a la corte de León, con su padre, Alfonso IX.
En 1217 falleció Enrique I
a causa de una herida accidental en la cabeza
cuando se encontraba jugando con otros niños
en el palacio del obispo de Palencia.
Álvaro Núñez de Lara se llevó el cadáver al castillo
de Tariego
para ocultar su muerte,
pero la noticia llegó a Berenguela.
El 6 de junio de 1217 Berenguela se convertía en
reina de Castilla.
El 2 de julio de ese mismo año
Berenguela cedía el trono a su hijo Fernando.
Sin embargo, permanecerá siempre al lado de su hijo,
como consejera.
En 1218 los Lara conspiraron
para enemistar al nuevo monarca con su padre
y que el rey de León invadiera Castilla.
La muerte del conde de Lara facilitó la mediación de
Berenguela
para que padre e hijo se reconciliaran.
Berenguela también intervino para concertar
el matrimonio de su hijo con la princesa Beatriz de
Suabia,
hija del duque Felipe de Suabia y nieta de dos
emperadores:
Federico Barbarroja e Isaac II Ángelo.
La boda se celebró en 1219.
Ese matrimonio abría la puerta para que Fernando
participase activamente en los asuntos europeos.
En 1222, una nueva mediación de Berenguela
propició la firma del Convenio de Zafra
que puso fin al enfrentamiento con los Lara
al concertarse el matrimonio entre el hermano del
rey, Alfonso,
y Mafalda, hija y heredera de Gonzalo Pérez de Lara,
señor de Molina.
En 1224 la reina madre logró
el matrimonio de su hija Berenguela con Juan de
Brienne.
Éste era el candidato que Alfonso IX había pensado
para que casara con una de las hijas de su anterior
matrimonio
con Teresa de Portugal.
Berenguela, al frustrar este enlace,
evitaba que Juan pudiese aspirar al trono leonés,
que la reina deseaba para Fernando.
En 1230 murió Alfonso IX de León.
Había designado herederas a Sancha y Dulce,
las hijas habidas con Teresa de Portugal.
Berenguela se reunió con la madre de las infantas
y consiguió la firma de la Concordia de Benavente,
por la que éstas renunciaban al trono en favor de su
hermanastro
a cambio de una sustanciosa cantidad de dinero y
otras mercedes.
De ese modo se unieron para siempre León y Castilla
en la persona de Fernando III el Santo.
En 1235 murió la esposa de Fernando, Beatriz.
Berenguela intervino nuevamente
para concertar un segundo matrimonio para su hijo.
Fernando tenía ya abundante descendencia,
pero Berenguela procuró que se casara de nuevo
«con el fin de que la virtud del rey
no se menoscabase con relaciones ilícitas».
La elegida fue una noble francesa, Juana de Sanmartín.
Además, Berenguela ejerció como una auténtica reina
mientras su hijo Fernando se encontraba en el sur,
en sus largas campañas de Reconquista.
Gobernó Castilla y León con gran habilidad,
facilitándole siempre las cosas a su hijo.
Berenguela y Fernando se vieron por última vez en
1245,
en Pozuelo de Calatrava.
Después, la reina regresó a Burgos,
donde murió, en Las Huelgas, en 1246.
Fue enterrada en el monasterio, cerca de sus padres,
en un sencillo sarcófago sin decorar.
***
El infante Alfonso de Molina, hermano pequeño de
Fernando,
podría haber sido rey de León,
puesto que su padre no deseaba que heredase la
corona Fernando,
que ya era rey de Castilla.
Pero Alfonso renunció al trono leonés,
siendo ampliamente recompensado por su hermano
con tierras, privilegios y distinciones.
Alfonso acompañó a su hermano en sus empresas
bélicas
y se identificó siempre con la causa de la
Reconquista
y con cuantas campañas emprendía el rey.
Fernando incluso en su testamento rogó a su hijo
Alfonso X
que tuviese en gran consideración a Alfonso
(“infanti domno Alfonso, karissimo fratri meo”).
En 1254 Alfonso ingresó como familiar en la Orden de
Calatrava,
obligándose a llevar su hábito,
y dispuso ser enterrado
en el Convento-Castillo de Calatrava la Nueva:
«Conoscuda cosa sea
a todos los omes que esta carta vieren e oyeren,
como yo el infante Don Alfonso, señor de Molina e de
Mesa,
por Dios e por mi alma, e por remisión de mis
peccados,
hago tal voto e tal promission a Dios e a la Orden
de Calatrava,
e a vos Don Fernando Ordóñez, maestre de esse mesmo
lugar,
que si Orden huviere de tomar, que tome la vuestra e
non otra.
Ede que oy es fcha esta carta, me otorgo por vuestro
famulario:
e so tenido de aguardar, e de amparar,
e defender todas las cosas de la Orden,
e buscar ay toda la pro que yo pudiere, assi como
vuestro Freyre.
E con este voto, e con esta promission, pongo e
otorgo
que la mi sepultura que sea en el Convento de
Calatrava,
e non en otro lugar
poque la Orden de Calatrava fizo mi aguelo el Rey
Don Alonso.
E yo Don Fernando Ordóñez, Maestre de Calatrava
e todo el Convento dese mismo lugar
gradescemos a Dios e a vos el Infante Don Alonso
el bien e la merced e honrra
que vos facedes al Convento de Calatrava
en este voto y en esta promission
e recebimos vos por nuestro Famulario,
e damos vos parte en todos los bienes que son
e son fechos en la Orden de Calatrava, y en toda la
Orden del Cistel,
assi como Freyre de Calatrava.
E porque este mio voto e esta mi promission sea
firme, estable,
e non venga en dubda,
yo el Infante Don Alonso el sobredicho mandela
sellar con mi sello.
Fecha la carta en Toledo a XV días del mes de Marco.
Era de M.CC.XCII." (Año 1254)»
El infante Alfonso falleció en la ciudad de
Salamanca en 1272.
Sus restos fueron trasladados al castillo de
Calatrava la Nueva
donde fueron colocados en un suntuoso sepulcro
en la capilla mayor de la iglesia.
Ni el sepulcro ni los restos del infante se han
conservado.
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