lunes, 5 de mayo de 2014

SEGOVIA. Catedral



En la Catedral de Segovia fue enterrado
el infante don Pedro, hijo de Enrique II de Castilla.



ROMANCE DE LA MUERTE DEL INFANTE DON PEDRO

En lo alto del alcázar,
Rematando el mes de julio,
Jugaba junto a su aya
Aquel famoso infantito.
La calor era bien grande,
El sol era ya salido,
La corneja, en la siniestra,
Va volando hacia su nido.


El su padre estaba en guerra,
- Por Enrique es conocido -
Con su tío, Pedro el Cruel,
Cada uno en su partido.
Años llevaban de lucha,
En malas guerras metidos.


En la ciudad de Segovia
Han encontrado cobijo
Don Enrique y su familia,
Don Enrique y el su hijo.


Ajeno estaba a estas lides,
Jugando se estaba el niño,
Cuando o bien por la calor,
Cuando bien por un descuido,
Cae el infante a la roca
Que estaba so el castillo.


La caída fue mortal:
El infausto no se ha herido,
Que, al estrellarse en el suelo,
El Infante es fallecido.
La su carita de rosa
Al punto ha palidecido,
Los sus ojos de azabache
Su tierna luz han perdido.
El ama, desque lo viera,
Tan solo ha gritado un grito,
Al tiempo que se arrojaba
Sobre el cadáver del niño.


Ambos cubiertos de sangre,
El rojo suelo teñido,
Ayes se oyen en Segovia,
Campanas con sus tañidos,
Estandartes y pendones
De negro luto han vestido.


La noche del veintiuno
No hubo luna en el castillo,
A la mañana siguiente
Difunto ya estaba el niño.


En la tumba do descansa
El su padre dejó dicho:
“Rogad a Dios por el alma,
Por el alma de mi hijo”.

Chus Buitrago

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