Sala
capitular de Benevívere.
Litografía
de Pérez de Villaamil, 1865, publicada
en España artística y monumental
La
abadía de Santa María de Benevívere,
a
5 kilómetros de Carrión de los Condes en el Camino de Santiago,
fue
un monasterio fundado en 1169
por
Diego Martínez de Villamayor,
noble
que ocupó altos cargos en la corte castellana
durante
los reinados de Alfonso VII, Sancho III y Alfonso VIII;
pertenecía
a la casa de los condes de Bureba, importante en la corte.
El
cenobio fue entregado a los canónigos regulares de San Agustín,
que
en 1179 fundaron la Orden de Santa María de Benevívere,
con
una organización similar a la de los cistercienses.
Además
de la casa monástica,
don
Diego también estableció un hospital para peregrinos,
el
hospital de San Torcuato.
Don
Diego participó en la fundación de otras casas
y
finalmente, tras perder a su esposa, él mismo ingresó
en
el monasterio cisterciense de Santa María de Sandoval, en León.
Un
poema del siglo XIII, Vita Didaci o Poema de Benevívere,
narra
la vida de este caballero que aspiraba a ser santo.
El
cenobio mantuvo su actividad hasta la exclaustración.
Con
la desamortización de Mendizábal en 1835,
los
monjes perdieron la propiedad del monasterio.
Éste
fue demolido casi en su totalidad.
Se
conservan unas pocas piedras, un arco
y
algunos restos preservados en algunos museos arqueológicos.
Ruinas
de Benevívere.
Grabado
de Parcerisa, 1861, publicado
en Recuerdos y Bellezas de España
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