La parroquia de Cuerva fue durante más de
doscientos años
el panteón de los Laso de la Vega.
La iglesia de Santiago
se empezó a edificar en el siglo XV.
La capilla mayor fue construida a principios del
XVI
por los señores de la villa,
el Comendador mayor de León, Garcilaso de la
Vega,
y su mujer Sancha de Guzmán.
Ambos recibieron sepultura en ella, en una cripta
bajo el altar.
También fue enterrado en el presbiterio
su hijo primogénito y heredero,
Pedro Laso de la Vega, el Comunero,
bajo cuya lápida se abrirá en el siglo siguiente
la entrada a la Capilla de las Reliquias.
Escudo de los Laso de la Vega y los Mendoza |
Escudo de los Guzmán |
A mediados del siglo XVI se llevó a cabo una
amplia reforma,
costeada por Aldonza Niño de Guevara,
viuda de Garcilaso de la Vega y Guzmán,
Señor de los Arcos, Batres y Cuerva,
hijo de don Pedro,
para enterrar en el altar mayor a su marido.
A ambos lados del presbiterio,
hay dos monumentos funerarios iguales,
semejantes al que se hizo para el cardenal Niño
de Guevara
en la iglesia de las Jerónimas de San Pablo en la
ciudad de Toledo.
Son de mármol negro,
están coronados por sendos escudos nobiliarios,
y en medio de las columnas se encuentra las
urnas,
apoyadas en pedestales que tienen grabadas
inscripciones latinas.
El catedrático Antonio Fontán transcribió las
inscripciones.
El monumento situado en el lado derecho del
presbiterio
fue erigido por Pedro Laso de la Vega, Conde de
Los Arcos,
y por su esposa Mariana de Mendoza,
hija del tercer Conde de Orgaz,
como panteón familiar, para ellos y sus
descendientes.
En él recibió sepultura también
Luis Laso de la Vega, su primogénito,
fallecido antes que su padre.
Igualmente fue enterrado allí
don Álvaro de Luna, caballero de Calatrava,
hijo también del Comunero.
El monumento situado en el lado opuesto
fue costeado en el siglo XVII
por Rodrigo Niño Laso, Conde de Añover,
para sí mismo y su madre, Aldonza Niño de
Guevara.
Escudo de los Niño |
Escudo de los Guevara |
El Conde fundó también la Capilla de Reliquias,
adosada al presbiterio.
Ese mismo siglo finalizaron los trabajos en la
iglesia
con la construcción de la torre herreriana
supervisada por Jorge Manuel Theotocópuli,
hijo del pintor cretense.
A partir del siglo XVII continuaron los
enterramientos
en el recinto conocido como el Transparente,
situado detrás del altar mayor.
A pesar de los avatares históricos,
la iglesia de Cuerva guarda aún en la Capilla de
Reliquias
parte del rico patrimonio artístico que poseyó.
En especial una Última Cena de Luis Tristán,
discípulo predilecto de El Greco,
pintada para esta capilla en 1614.
Y también varios retratos de miembros del linaje
Laso de la Vega.
En el muro del coro, se conserva un gran escudo
de Guzmán, Mendoza, Laso de la Vega, Niño y
Guevara.
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