El
territorio montañoso que se extiende
en
torno a la cabecera del Ebro y al alto Pisuerga
presenta
un material pétreo blando
que,
en épocas tempranas, facilitó la construcción de habitáculos
mediante
el vaciado de las peñas de arenisca.
Además,
la proximidad de arroyos
hizo
de estos valles enclaves propicios para ser habitados.
Es
la zona de arquitectura rupestre más importante de la Península.
Se
trata, bien de cavidades naturales ampliadas por el hombre,
bien
de cuevas construidas ex profeso,
y
con frecuencia aparecen integradas en grupos.
La
práctica se manifiesta desde el Neolítico,
pero
fue en el inicio de la Edad Media cuando estas construcciones
proliferaron
y adquirieron carácter religioso,
sucediéndose,
entre los siglos V y X,
las
paleocristianas, las visigodas, las mozárabes...
En
algunos casos pudo tratarse de centros de culto pagano
reocupadas
por los cristianos.
Los
conjuntos casi siempre están compuestos
por
un centro litúrgico,
varias
celdas que serían las moradas de los eremitas
y
alguna necrópolis asociada.
En
principio los anacoretas se instalarían en aquellos reductos
en
busca de soledad.
Luego,
la popularidad alcanzada por algunos de estos religiosos
atrajo
a seguidores que se establecieron en las inmediaciones,
dando
lugar a comunidades cenobíticas
organizadas
bajo reglas monásticas
independientes
de la Iglesia convencional.
En
ocasiones, en las cercanías se asentaron comunidades civiles,
formadas
tanto por pobladores provenientes del reino astur
como
por mozárabes procedentes del sur,
comunidades
que fueron el origen de poblaciones actuales.
***
La
pequeña población de Villarén, de unos 40 habitantes,
a
unos 7 kilómetros de Aguilar de Campoo,
está
asentada en el Valle de Valdivia
(limítrofe
con Cantabria y Burgos),
a
los pies del Monte Bernorio.
Al
igual que el monte Cildá,
el
monte Bernorio tiene un gran interés histórico y arqueológico.
Es
uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa.
Allí
se han localizado vestigios del siglo IX a. C.
y
restos de una notable ciudad fortificada cántabra
que
presentó una dura resistencia a los romanos
en
las guerras cántabras del siglo I a. C.
En
la cumbre se conservan restos del castro,
muchas
de cuyas piedras han sido reutilizadas por los pastores.
Se
han hallado objetos célticos y romanos.
En
las faldas del monte hay tres iglesias rupestres:
San
Martín de Villarén,
Ermita
Peña
y
Cezura (enclave palentino en Valderredible).
También
hay una necrópolis rupestre, en Porquera de los Infantes.
Hubo
asimismo una ermita románica en la cima del monte,
Santa
María de Bernorio, ya desaparecida,
aunque
se conserva el via crucis de acceso.
Hoy
en la extensa cumbre del monte Bernorio
hay
un repetidor de televisión,
un
mojón del Instituto Geográfico Nacional
y
la cruz-altar donde finaliza el via crucis.
Desde
allí se domina una gran extensión:
el
valle de Valdivia, el valle de Valderredible,
la
meseta de Las Tuerces, las montañas palentina y pasiega,
Aguilar
de Campoo y su embalse,
pueblos
de las provincias de Cantabria, Burgos y Palencia...
***
En
sus orígenes, todas las casas de Villarén fueron rupestres,
construidas
en las oquedades de la piedra arenisca;
quedan
viviendas con parte de su estructura excavada en la roca.
La
ermita de San Martín está enclavada en lo alto de un montículo
en
la parte más elevada del caserío, hacia el Monte Bernorio.
Quizás
se aprovechó un abrigo prehistórico.
En
la entrada hay una estancia diferenciada,
una
pequeña antesala, nártex o sacristía,
donde
se encuentra, a la altura de los ojos, la inscripción fundacional.
Es
la única ermita que conserva un epígrafe que aporta una fecha,
aunque
la lectura de la datación es controvertida.
Se
han propuesto varias interpretaciones:
DCXXV:
«Era 625 (año 587 d. C.)»,
DCCCV:
«Era 805 (año 767 d. C.)»,
TCCCV:
«Era 1125 (año 1067 d. C.)».
IN
HONORE SANCTI MARTINI.
En
el suelo de la nave hay una sepultura excavada en la roca,
desgastada
por el paso del tiempo.
En
el exterior había otras tumbas antropomorfas
de las que apenas quedan restos.
La
ermita se encuentra en mal estado,
ya
que durante siglos fue empleada
como
almacén de aperos de labranza y como refugio para el ganado.
Plano: Fernando Obregón Goyarrola |
A
poca distancia de Villarén, hacia Pomar de Valdivia,
existía
otro santuario rupestre, la Ermita Peña,
bastante
más amplia que la de San Martín.
Desgraciadamente
este templo fue dinamitado hace algunas décadas,
para
evitar que los vagabundos lo utilizaran como refugio.
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